El principio más importante de la parentalidad positiva se basa en comprender el mundo emocional de los niños y reconocer su esencia humana. Propone una nueva filosofía de vida fundamentada en el respeto, el amor, el diálogo, la empatía y la igualdad.

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Busca que los padres transmitan sus normas y valores mediante un trato respetuoso, considerando las necesidades y las opiniones de los niños. Esto les confiere más libertad a la hora de moldear su propia identidad, pues los hijos no están sujetos a convertirse en máquinas que obedezcan ciegamente. 

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Los aspectos fundamentales de la crianza respetuosa se pueden resumir en los siguientes:

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• Amor incondicional: Los padres deben amar a sus hijos tal y como son, a pesar de que a veces no cumplan con sus expectativas y a pesar de los errores que puedan cometer.

• Validación emocional: No hay que tomar por insignificantes las emociones de los más pequeños, espacialmente las negativas. Sus figuras de cuidado deben ayudarles a regular sus estados de ánimo.

• Igualdad: Lo que dicen los padres no debe ser considerado una verdad absoluta e irrefutable. Los niños también pueden expresar sus puntos de vista en todo tipo de situaciones.

• Límites: Debe existir una comunicación firme y respetuosa que les indique a los niños lo que no deben hacer. No hay la necesidad de proporcionarles agresiones verbales o castigos físicos. 

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El Dr. William Sears, pediatra estadounidense, ha propuesto una serie de prácticas que los padres deben seguir si quieren implementar la parentalidad positiva en sus hogares. El método se denomina Las 8B de la crianza respetuosa y está fundamentado en algunos de los postulados que recoge la teoría del apego sugerida por el psicoanalista John Bowlby.